Ted Kennedy recientemente hizo un elogio a su hermano,
en el que citaba un pasaje de George Bernard Shaw. El pensamiento era este:
“Algunos hombres ven las cosas como son y dicen, ¿Por qué? Yo sueño con las
cosas que nunca fueron y digo, ¿Por qué no?” Cuando tú piensas en tu nacimiento
en este mundo como un acto de Dios, ¿puede algo ser imposible para Dios? No
sabiendo cómo o por qué estás aquí, pecas contra el Espíritu Santo cuando te
atreves a poner un límite ¡al poder que te trajo aquí! No hay otro pecado
contra el Espíritu Santo que la creencia del hombre en que algo es imposible
¡para su propia maravillosa imaginación humana! ¡Quiero que vayas a por todas!
No pongas límite al poder creativo de Dios. Imagina lo que es inimaginable y
camina sobre el agua, a través de la fe.
El agua simboliza tu aceptación de la vida como
psicológica, y su drama que tiene lugar en la imaginación. Cuando dejas de
excusarte a ti mismo o a cualquiera por las experiencias de la vida, y
comienzas a reorganizar la estructura de tu mente para sentir que tu deseo está
cumplido, estás caminando sobre el agua. Las Escrituras hablan de la piedra, el
agua y el viento. Acepta los hechos de la vida y estás caminando sobre piedra.
Cambia los hechos en tu imaginación, y los has convertido en verdad
psicológica, la cual entonces se vuelve una experiencia espiritual. Cuando
vives por este principio, estás caminando sobre el agua, hacia tu nacimiento
del más allá.
Dejadme ahora compartir algunas experiencias de un
amigo que practica el arte de caminar sobre el agua. En su carta él decía: “Hay
una señora en mi oficina que estaba constantemente hablando sobre la ausencia
de hombres elegibles decentes, declarando que eran todos chusma y nada buenos.
Hace seis semanas, mientras conducía a casa desde el trabajo, revisé sus
palabras. La oí decirme que estaba saliendo con un hombre maravilloso y
compartiendo las cosas maravillosas que estaban haciendo. Recientemente esta
señora estaba tan sombría que yo me acordé de revisar sus palabras otra vez, así
que lo hice. Ayer ella estuvo veinte minutos hablándome del perfecto caballero
con el que ahora está saliendo. Él debe ser tremendo, pues esta señora está
ahora andando en éxtasis.”
Luego continuaba diciendo: “Un socio me pidió escribir
una nueva revisión para su cliente. Recogí todo el material que podría
necesitar, lo puse en una carpeta y lo coloqué en mi escritorio, que estaba con
una pila alta de trabajo pendiente. Entonces un viernes mi socio dijo: 'Mi
cliente quiere verme el próximo lunes a las 9:00 A.M. en su oficina', y me di cuenta de que debía producir la nueva revisión en ese tiempo. Inmediatamente me
senté e imaginé que eran las 5:00 P.M. Mi revisión fue completada, leída por mi
socio y aprobada. Le oí decir: 'Esto está bien'. Satisfecho con esa escena como
mi resultado final, localicé la carpeta, me senté en mi máquina de escribir y
escribí cuatro páginas, como fluyendo todo sin problema. A las 5:00 de esa
tarde mi socio se detuvo en mi oficina, leyó la relación y dijo las palabras
exactas que yo le había oído decir en mi imaginación: 'Esto está bien.'”
Cuando realmente crees que imaginar crea la realidad,
sabrás que no hay ficción. ¿Cómo puede haber ficción cuando la imaginación está
siempre creando su realidad? Puedes oír algo que no te gusta, pero a causa de
que imaginar crea la realidad lo que oyes fue primero imaginado, o no hubiera
sucedido. Cuando revisas lo oído deteniendo la acción y reescribiendo el guión
estás caminando sobre el agua, imaginando la realidad que deseas oír y que aparezca
en tu mundo.
Mi amigo continuó su carta, diciendo: “Hay ciertas
cosas en mi vida que yo no entiendo. El domingo pasado, mientras mi mujer,
nuestro hijo más pequeño y yo estábamos plantando flores de verano, me di cuenta de que estaba experimentando – en detalle – lo que yo había soñado
sucediendo el invierno pasado. En aquel momento pensé que el sueño debía haber
sido simbólico, pero no conociendo el simbolismo de las flores, lo abandoné.
Ahora no entiendo la relación entre un sueño nocturno – que yo no controlaba, y
el plantado del domingo pasado – que yo controlaba.”
Cada evento en la vida contiene dentro de sí mismo
algo más allá de su experiencia física. Las flores simbolizan el crecimiento de
los plantados. Durante el invierno, cuando nada crece, él plantó semillas, que
cosechará no sólo en el mundo del César, sino también en el mundo del espíritu,
como todos nosotros hacemos. Yo te insto ahora a utilizar tu imaginación y
caminar sobre el agua. Planta las semillas de deseo en la profundidad de tu
alma y permíteles florecer en la tierra. Si no ves su cosecha inmediatamente,
cree que lo hiciste, pues vendrá lo reconozcas o no. Y no peques contra el
Espíritu Santo diciendo que algo es imposible, pues Dios es tu propia
maravillosa imaginación humana y nada es imposible de imaginar.
Cuando alguien te dice algo, aunque puedes negar su
verdad o posibilidad, debes imaginar a fin de entender sus palabras. A menos,
por supuesto, que hablen en una lengua extraña, entonces todo es un sin
sentido. Como Pablo dijo: “Hablaría mejor cinco palabras con entendimiento, que
diez mil palabras que no se pueden entender.”
No pienses en las razones por las que no puedes tener
tu deseo; ¡simplemente piensa que ya lo tienes! Si te dices a ti mismo que no
es posible, estás pecando contra el Espíritu Santo.
No conozco ninguna limitación al poder de Dios. David
es descrito en el Libro de Samuel como rubio, con bellos ojos y limpia piel. Si
juzgas por las apariencias, entonces ciertas razas podrían ser excluidas – pero
David no es de este mundo. David es el que surge en nosotros a causa del
descenso de la semilla de Dios. Seas caucásico, negro u oriental, Cristo – la
semilla de Dios – desciende y se planta en ti. Y cuando la unión entre esa más
alta semilla descendente y lo que es sólo un ser animado tiene lugar, eres
individualmente elevado a un mundo sobrenatural, donde te conoces a ti mismo
como el padre del único hijo engendrado de Dios, David.
Yo te insto a utilizar tu imaginación para todo lo que
es amable y amado. No importa cuál pueda ser tu deseo – tu imaginación te lo
dará, pues la imaginación humana es el cuerpo divino que el mundo llama Jesús.
Porque tú puedes imaginar y yo puedo imaginar, somos miembros de ese cuerpo
divino, y todas las cosas son posibles para él. No hay una cosa imposible para
Dios. ¡Todo lo que necesitas hacer es imaginar su cumplimiento!
La fe es un experimento que termina como una
experiencia. Experimenta creyendo que ya tienes todo lo que deseas, y tendrás
la experiencia. Pruébate como mi amigo hizo. El experimentó con el pensamiento
de que la señora tenía un maravilloso novio. Entonces la imaginó oyéndola
hablarle sobre el nuevo hombre en su vida. Luego su experimento se convirtió en
su experiencia. Eres el centro del mundo en el que vives. Un aparente otro es
sólo una extensión de ti mismo, pues el centro de tu ser es proteico. Es él el
que juega los papeles de todos los aparentes otros. Yo te desafío a
experimentar con un nuevo o mejor trabajo, un esposo o esposa, un nuevo coche o
casa. No trates de analizar tus deseos o culparte, pues en el momento en que lo
haces, descubres innumerables cosas que son desagradables, y en el momento en
que son pensadas, son formadas.
Nadie está sin pecado. En algún momento todo el mundo
mentalmente ha codiciado o robado. Describe a un hombre en términos poco
halagüeños y has robado su buen nombre. Todo el mundo es culpable; por lo tanto
no te analices, pues si lo haces errarás el blanco. Preocuparte sobre lo que
podías haber hecho es malgastar tu poder creativo. Recogerás la cizaña así como
el trigo, ya que cada acto imaginario se cumple. Pero comienza ahora a plantar
algo amable – no sólo para ti mismo, sino para tu vecino, amigo o hijo.
Enamórate de la idea de que él está feliz y seguro. Siente la satisfacción que
viene cuando uno reconoce su cosecha, pues si una cosecha no es reconocida, no
hay satisfacción. Pero cuando haces algo conscientemente y ves tu cosecha,
recibirás enorme satisfacción.
Prueba que tus pensamientos tienen poder creativo
imaginando constantemente, y camina sobre el agua. No importa qué suceda en el
transcurso del día, revísalo. Haz el día conforme a lo que tú quieres que sea,
y estás caminando sobre el agua.
El Génesis cuenta la historia de Jacob, que vio un
pozo cubierto con una piedra. Quitando la piedra, sacó agua para su rebaño. Y
cuando puso la piedra otra vez, todo parecía permanecer igual que antes, de
modo que nadie supo quien había corrido la piedra y sacado el agua. En el Nuevo
Testamento, Jesús realizó su primer milagro llenando las jarras de piedra con
agua y sacando vino.
Los hechos ciegan el yo a la imaginación. Yo he venido
a curar esta ceguera y a mostrarte cómo quitar los actos de la naturaleza. La
mujer en la oficina compartió sus hechos, así como el hombre que fue regañado.
Descubriendo que la imaginación es su pozo, mi amigo quitó esos hechos de
piedra de su mente, y sacó la verdad que él deseaba oír de su imaginación y la
colocó en otra vasija – otro hecho. Vierte agua en cualquier recipiente y no
importa qué forma o tamaño la vasija pueda tener. Congela el recipiente y el
agua habrá tomado su forma. Así que si quitas la piedra y sacas el agua, puedes
colocarla en cualquier forma que desees y se exteriorizará.
No dejes pasar ni un día sin practicar el arte de
caminar sobre el agua. Cada vez que utilizas tu imaginación amablemente en
nombre de otro, estás haciendo de mediador de Dios con el aparente otro. Así
mucha gente utiliza su imaginación poco amablemente, sin embargo están también
haciendo de mediadores de Dios con ese otro.
Millones de personas creen que alguien ha echado una
maldición sobre los Kennedy. ¿Sabes que tales poderes existen?, porque imaginar
crea la realidad. William Butler Yeats una vez dijo: “Nunca estaré seguro de
que no fue alguna mujer pisando en el lagar quien comenzó el sutil cambio en la
mente de los hombres. O que el apresuramiento con el que tantos países fueron
dados a la espada, no empezó en la mente de algún joven pastor, iluminando sus
ojos por un momento antes de correr sobre su camino.” Quién sabe quien, esta
noche – sintiéndose herido y traicionado por un amigo – pondrá sus pensamientos
de cólera y venganza en movimiento, sin ningún pensamiento de arrepentimiento.
Quizás él no conoce el arte de perdonar o no tenga el deseo de perdonar,
permitiendo así a sus pensamientos moverse y construir y construir hasta que
lleguen a su inevitable fin – configurándose en su vida. Pero como George
Bernard Shaw dijo: “Algunos hombres ven las cosas como son y dicen, ¿Por qué?
Yo veo las cosas que nunca fueron y digo, ¿Por qué no?” Yo te cuento la
increíble historia de Jesucristo, el patrón que el hombre debe seguir a fin de
escapar a la muerte eterna, y decir, ¿Por qué no?
¿Cómo podemos nosotros quienes nacimos físicamente por
la gracia de Dios, pero no podemos hacer crecer un pelo sobre nuestra cabeza o
una uña de un dedo, atrevernos a poner un límite al poder de Dios? Si la gracia
de Dios nos dio nacimiento físico, ¿no puede ese mismo poder darnos nacimiento
espiritual en un mundo más alto? La promesa es: “Naceréis de lo alto.” Si Dios
hace tal promesa, tiene el poder para mantenerla. Y lo hace, a través de su
regalo de la visión. Nacidos de la carne por un poder más allá de nosotros
mismos, estamos destinados a ser nacidos en un mundo espiritual por un poder
más allá de nosotros mismos, a causa de la semilla de Dios descendida y unida
con nosotros. Ella fue plantada por un acto creativo, y cuando esa semilla es
fertilizada, erupciona, el patrón despierta, y nos movemos a una era
enteramente diferente. El patrón de Dios ha erupcionado en mí. Estoy contándoos
mi historia con la esperanza de que vosotros que la oís la creáis y probéis su
verdad por vosotros mismos. Os he hablado de la ley del César, enseñándoos cómo
caminar sobre el agua y utilizar esta ley psicológica para cambiar vuestro
mundo – no sólo para vosotros mismos, sino para los demás.
Nadie necesita permanecer detrás de la proverbial bola
ocho (1) si conoce esta verdad. No hay necesidad de mendigar o pedir
a nadie nada, pues todo vive en la imaginación humana, listo para apropiárselo
y ser hecho visible.
Todo el mundo nacerá de lo alto, pues todo el mundo es
Dios y no hay nada sino Dios. Nadie puede fallar, pero la historia de Dios debe
ser oída y creída. Así que Dios se envía a sí mismo como mensajero, eligiendo a
un individuo e impregnándolo. La persona puede o no saber lo que está
sucediendo, pero en el intervalo de tiempo perfecto el nacimiento tendrá lugar.
Todo el mundo aquí es llamado con un propósito. Si no has sido unido con esta
semilla – espera, pues es seguro y no será tarde. Hay quienes han sido
conscientes cuando recibieron la semilla. Otros no, pero cuando el niño nace
¿importa si el momento de la concepción es recordado o no?
Es todo el cumplimiento de un plan perfecto dentro del
cuerpo eterno de Dios, cada uno llenando su orden específico. Hay quienes serán
el apóstol, otros el profeta, otros más el profesor, el ayudante y el sanador.
Hay diferentes niveles en el cuerpo de Dios, pero no importa, porque en ese
cuerpo todos somos uno.
Tómame en serio. Cuando sabes lo que quieres en la
vida, construye una escena que implicaría que tu deseo está cumplido. Velo tan
claramente como sea posible. Siente su naturalidad. Experimenta hasta que sepas
que la escena y todo lo que implica es real. Ahora, en la medida en que creas
en su realidad, tu experimento se convertirá en tu experiencia. No te detengas
ahí. Sigue imaginando y comparte tus resultados con los demás. Diles cómo
liberarse de esta esclavitud al César.
Cuando sabes quién eres realmente no envidiarás a
nadie. ¿Cómo podrías, cuando tú sabes que eres Dios, y ellos son sólo tú mismo
proyectado fuera? Si mañana, algo viene a tu vida que no está a tu gusto, no lo
aceptes, pues este hecho ciega el yo a la imaginación. Elimina la ceguera
preguntándote qué te gustaría, en lugar de lo que parece ser. Entra en ese
pensamiento. Deléitate en ello como si fuera un hecho. Persuádete de que lo es.
Cree en su realidad y se convertirá en tu experiencia.
Ahora entremos en el silencio.
Traducido por Javier Encina
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Yolanda Del ©