Así los llama el psicólogo Bernardo Stamateas "Los asesinos de ideas", a las personas tóxicas que pululan alrededor pendientes de destruir nuestros sueños, a veces sutilmente, sin que nos demos cuenta. Empezamos por decidir algo, sobre la pareja, la vida, el trabajo, la familia, o sobre algún sueño loco que ahora nos atrevemos a intentar. Sentimos una felicidad interna repentina, sabemos que podemos, lo vamos a hacer, y entonces, es cuando lo contamos antes de tiempo, y ya hemos empezado el declive, si no somos emocionalmente estables y estamos necesitando la aprobación continua. Aquí empieza la repetitiva cantinela del "tú no vas a poder", machacante y continuo.
Dice Stamateas en su libro "Gente Tóxica":
Muchas veces permitimos entrar a nuestro círculo más
íntimo a los chismosos, a los envidiosos, a gente autoritaria,
a los psicópatas, a los orgullosos, a los mediocres, en fin, a
gente tóxica, a personas equivocadas que
permanentemente evalúan qué dijiste, qué hiciste y por qué
hiciste o dijiste algo (o por qué no lo hiciste o no lo dijiste).
Se trata de personas tóxicas que potencian nuestras
debilidades, nos llenan de cargas y de frustraciones.
Ellas, por cierto, saben todo lo que pasa en el ojo ajeno,
pero se olvidan de ver qué es lo que percibe cada uno de
sus sentidos ¡No permitas que nadie tenga el control de tu
vida ni boicotee tus sueños!
Conéctate con la gente correcta, confía en ti. ¡Estás
capacitado para hacerlo! Si tienes en claro tu propósito y tus
sueños podrás tener el control de tus emociones y de decidir
a quienes quieres elegir para que te acompañen. El
problema se suscita cuando decidimos quién nos
acompañará mucho antes de tener en claro adonde
queremos llegar. El propósito de tu vida es tuyo y sólo a ti te
pertenece diseñarlo. La solución está en ti. Desafíate cada
día a más, a mucho más.
Por esto es tan importante que sepas las fortalezas que tienes, y declinar amablemente opiniones ajenas, de personas que no van a vivir tu vida por ti.
Dice Stamateas:
El que no se alegra de tu avance o de tus sueños, que diga
lo que quiera, tú prosigue hacia la meta, no te amarres a
quienes no se alegran con tus éxitos. Desprecia la opinión
de la gente tóxica, sé libre de los críticos y serás libre de
cada una de sus palabras y de sus acciones.
No idealices.
No esperes nada de nadie.
Aunque debes tener claro que siempre es maravilloso tener el apoyo de amigos y familiares, también debes saber que tú tienes unas capacidades asombrosas para definir tu vida, lo que pasa muchas veces es que nadie nos lo ha hecho saber, y no las hemos desarrollado lo suficiente.
Así divide Stamateas a los vampiros energéticos o asesinos de ideas:
- Los mete-culpas: Con todo lo que yo hice por ti,
ahora ¿me pagas así? Una madre a su hijo.
- El envidioso: "El número de los que
nos envidian confirma
nuestras capacidades". Oscar Wilde
- El descalificador: ¡Excelente trabajo!, lástima que lo entregaste tarde.
- El agresivo verbal: ¡Vamos, estúpido! ¡muévete! Un automovilista a otro.
- El falso: "Mi pareja es maravillosa, estamos tan enamorados.
La amo con todo mi corazón". Un mujeriego a su grupo de amigos.
- El psicópata: A mí nadie me dice lo que tengo que hacer. "Un hombre a su
médico".
- El mediocre: "Vemos sobre la marcha, seguro que es una tontería.
No se preocupe, con un poco de pegamento lo arreglamos".
Respuesta de un plomero a una mujer
a la que se le inundó toda la casa.
- El chismoso: "Te lo digo porque lo sé de muy buena fuente". Un compañero
de oficina a otro.
- El jefe autoritario: "Esto es así o así, y si no te gusta,
ahí está la puerta". Un supervisor a un jefe de piso.
- El neurótico: "Si no les gusta como soy, cambien ustedes".
- El manipulador: Ella, triste: "Me gustaría que me regalaras flores"
Él, al día siguiente: "Mi amor, te traje flores"
Ella, enojada: "Ahora no las quiero, no fuiste espontáneo"
- El orgulloso: "Me gustaría ser mujer para poder ser besada por unos
labios tan bellos como los míos".
Un narcisista a su novia.
- El quejoso: Una mujer dice:" ¡Qué sed que tengo!,
¡qué sed que tengo! ¡qué sed que tengo!"
Una vecina la escucha y le acerca un vaso de agua
y entonces, tras beber, la mujer dice:"¡Qué sed que tenía!"
"Cuanto menor tiempo sea
el que dediques a escuchar las voces ajenas o extrañas,
mayores serán los resultados que vas a acumular.
Cuanto mayor sea el tiempo
que le dediques a escuchar tu propia voz interior, cuanto
más te detengas a observar tu reloj interno y a prestar
atención a lo que dice tu corazón, mayores serán los éxitos
que vas a cosechar".
No te olvides de "el victimista", aunque todos los vistos anteriormente en el libro "Gente Tóxica", tienen ya un tufo a ello, ya que son personas que disfrazan su historia personal, culpando siempre a otros de lo que consideran sus desdichas. Así siempre están protegidos frente a cualquier cosa que les suceda, "fue mi madre, mi marido, lo que dijo Menganito, lo que hizo Fulanito". Nunca admite que él o ella pueden haber creado su existencia tal como es. Lo sé muy bien porque yo tuve una época de mi vida en que culpaba a otros de mis circunstancias, y entre ellos a Dios: "si Dios existiera a mí no me pasaría esto" (se utiliza mucho).
Hasta que decidas decir "basta", pensar y subir tu autoestima, no encontraras ese punto exacto en el que cambia la perspectiva de tu vida. Y entonces dirás: "he decidido cambiar de trabajo porque el que tengo no me hace feliz, o voy a dejar a mi pareja, ya no me aporta nada". Y te dirán: "no te va a salir bien" "a dónde vas a ir" "tal y como están las cosas". Y sabrás responder con tranquilidad que es tu decisión y por ti sólo decides tú.
Un último apunte importante, que yo siempre tengo en cuenta y que además puede resultar gracioso. Todos los que dan este tipo de consejos, nunca han hecho lo que tú quieres hacer ¿ves? te aconsejan sobre cosas que ellos no se han atrevido a realizar, y quieren que sus miedos sean los tuyos. Lo disfrazan de consejo o preocupación por ti, pero te dañan y desmoralizan. Tener una buena autoestima te ayuda a afrontar todas las vicisitudes de la vida.
Yolanda Del ©