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domingo, 31 de mayo de 2015

Cuando las dudas te paralizan

Cuando dudas o te angustias en la vida, frenas tus cambios. Si permites que el sufrimiento gane puntos no tienes la opción de pensar con claridad ni tomas las acciones correctas. Cuando decides demasiado deprisa sin calcular pros y contras tomas riesgos que pueden llevarte a una gestión poco eficaz de hacia dónde vas.
Las dudas ponen en cuestión el cómo percibes la realidad, no te atreves a tomar un curso u otro, no te decides por un camino, no sabes qué carrera estudiar, siempre tienes la oportunidad de empezar de nuevo si lo que has hecho anteriormente no te satisface. Las dudas traen el auto saboteo interno que te convence de que no puedes hacer algo que realmente quieres o necesitas llevar a cabo, te crean la necesidad de que otros te validen y las justificas de innumerables maneras para convencerte de que no tomar acción es mejor en este momento, y crees que llegará el día oportuno, pero será más adelante. Retraso de metas y creación de miedos.
La duda también puede ser el resultado de una programación que está implícita en ti, si otros decidían siempre los temas importantes y te quitaban esa "carga", por lo cual no aprendiste a tomar responsabilidad en tus estrategias de vida. Escúchate ¿qué te dices cuando piensas, que te desanima y te hace retrasar decisiones importantes? se trata de despejar la duda, y no permitir que el ego te domine y decida por ti. Si las expectativas de otros o las tuyas propias sobre lo que deberías haber hecho no se han cumplido, ahí estará el eco martilleante de tu voz interna diciéndote todo de lo que no eres capaz, o que ya no tienes edad. Esto puede crear falta de control sobre tu vida e incluso llevarte a una depresión por no alcanzar metas.
Lo mejor para atajar las dudas es que vayas creando una confianza en ti, fuerte e infalible ¿cómo? mediante cursos, lectura, más cultura, aprender a expresarte mejor, ser capaz de hablar en público, ir logrando nuevos pequeños conocimientos que te acerquen al grande, estar con gente positiva que tenga metas parecidas a las tuyas, que las metas vayan siendo realistas, si quieres crear opciones acuérdate de aquello de "dar el primer paso con Fe, no tienes que ver toda la escalera, sólo sube el primer peldaño" que dijo Martin Luther King. Háblate con cariño y piénsate de la manera que te gustarías estar o ser. No hagas caso de las críticas destructivas aunque vengan de personas que realmente te importan, acepta sus opiniones pero no las compartas internamente, y deja claro que tú decides tu vida. 

Yolanda Del ©

lunes, 11 de mayo de 2015

Personas tóxicas o vampiros energéticos


Así los llama el psicólogo Bernardo Stamateas "Los asesinos de ideas", a las personas tóxicas que pululan alrededor pendientes de destruir nuestros sueños, a veces sutilmente, sin que nos demos cuenta. Empezamos por decidir algo, sobre la pareja, la vida, el trabajo, la familia, o sobre algún sueño loco que ahora nos atrevemos a intentar. Sentimos una felicidad interna repentina, sabemos que podemos, lo vamos a hacer, y entonces, es cuando lo contamos antes de tiempo, y ya hemos empezado el declive, si no somos emocionalmente estables y estamos necesitando la aprobación continua. Aquí empieza la repetitiva cantinela del "tú no vas a poder", machacante y continuo.
Dice Stamateas en su libro "Gente Tóxica":
 Muchas veces permitimos entrar a nuestro círculo más íntimo a los chismosos, a los envidiosos, a gente autoritaria, a los psicópatas, a los orgullosos, a los mediocres, en fin, a gente tóxica, a personas equivocadas que permanentemente evalúan qué dijiste, qué hiciste y por qué hiciste o dijiste algo (o por qué no lo hiciste o no lo dijiste). Se trata de personas tóxicas que potencian nuestras debilidades, nos llenan de cargas y de frustraciones. Ellas, por cierto, saben todo lo que pasa en el ojo ajeno, pero se olvidan de ver qué es lo que percibe cada uno de sus sentidos ¡No permitas que nadie tenga el control de tu vida ni boicotee tus sueños! 
Conéctate con la gente correcta, confía en ti. ¡Estás capacitado para hacerlo! Si tienes en claro tu propósito y tus sueños podrás tener el control de tus emociones y de decidir a quienes quieres elegir para que te acompañen. El problema se suscita cuando decidimos quién nos acompañará mucho antes de tener en claro adonde queremos llegar. El propósito de tu vida es tuyo y sólo a ti te pertenece diseñarlo. La solución está en ti. Desafíate cada día a más, a mucho más.

Por esto es tan importante que sepas las fortalezas que tienes, y declinar amablemente opiniones ajenas, de personas que no van a vivir tu vida por ti.

Dice Stamateas:
 El que no se alegra de tu avance o de tus sueños, que diga lo que quiera, tú prosigue hacia la meta, no te amarres a quienes no se alegran con tus éxitos. Desprecia la opinión de la gente tóxica, sé libre de los críticos y serás libre de cada una de sus palabras y de sus acciones. No idealices. No esperes nada de nadie.

Aunque debes tener claro que siempre es maravilloso tener el apoyo de amigos y familiares, también debes saber que tú tienes unas capacidades asombrosas para definir tu vida, lo que pasa muchas veces es que nadie nos lo ha hecho saber, y no las hemos desarrollado lo suficiente. 

Así divide Stamateas a los vampiros energéticos o asesinos de ideas:
  1. Los mete-culpas: Con todo lo que yo hice por ti, ahora ¿me pagas así? Una madre a su hijo.
  2. El envidioso: "El número de los que nos envidian confirma nuestras capacidades". Oscar Wilde
  3. El descalificador: ¡Excelente trabajo!, lástima que lo entregaste tarde.
  4. El agresivo verbal: ¡Vamos, estúpido! ¡muévete! Un automovilista a otro.
  5. El falso: "Mi pareja es maravillosa, estamos tan enamorados. La amo con todo mi corazón". Un mujeriego a su grupo de amigos.
  6. El psicópata:  A mí nadie me dice lo que tengo que hacer. "Un hombre a su médico".
  7. El mediocre: "Vemos sobre la marcha, seguro que es una tontería. No se preocupe, con un poco de pegamento lo arreglamos". Respuesta de un plomero a una mujer a la que se le inundó toda la casa.
  8. El chismoso: "Te lo digo porque lo sé de muy buena fuente". Un compañero de oficina a otro.
  9. El jefe autoritario: "Esto es así o así, y si no te gusta, ahí está la puerta". Un supervisor a un jefe de piso.
  10. El neurótico: "Si no les gusta como soy, cambien ustedes".
  11. El manipulador: Ella, triste: "Me gustaría que me regalaras flores" Él, al día siguiente: "Mi amor, te traje flores" Ella, enojada: "Ahora no las quiero, no fuiste espontáneo"
  12. El orgulloso: "Me gustaría ser mujer para poder ser besada por unos labios tan bellos como los míos". Un narcisista a su novia.
  13. El quejoso: Una mujer dice:" ¡Qué sed que tengo!, ¡qué sed que tengo! ¡qué sed que tengo!" Una vecina la escucha y le acerca un vaso de agua y entonces, tras beber, la mujer dice:"¡Qué sed que tenía!"
"Cuanto menor tiempo sea el que dediques a escuchar las voces ajenas o extrañas, mayores serán los resultados que vas a acumular. Cuanto mayor sea el tiempo que le dediques a escuchar tu propia voz interior, cuanto más te detengas a observar tu reloj interno y a prestar atención a lo que dice tu corazón, mayores serán los éxitos que vas a cosechar".

No te olvides de "el victimista", aunque todos los vistos anteriormente en el libro "Gente Tóxica", tienen ya un tufo a ello, ya que son personas que disfrazan su historia personal, culpando siempre a otros de lo que consideran sus desdichas. Así siempre están protegidos frente a cualquier cosa que les suceda, "fue mi madre, mi marido, lo que dijo Menganito, lo que hizo Fulanito". Nunca admite que él o ella pueden haber creado su existencia tal como es. Lo sé muy bien porque yo tuve una época de mi vida en que culpaba a otros de mis circunstancias, y entre ellos a Dios: "si Dios existiera a mí no me pasaría esto" (se utiliza mucho).
Hasta que decidas decir "basta", pensar y subir tu autoestima, no encontraras ese punto exacto en el que cambia la perspectiva de tu vida. Y entonces dirás: "he decidido cambiar de trabajo porque el que tengo no me hace feliz, o voy a dejar a mi pareja, ya no me aporta nada". Y te dirán: "no te va a salir bien" "a dónde vas a ir" "tal y como están las cosas". Y sabrás responder con tranquilidad que es tu decisión y por ti sólo decides tú.
Un último apunte importante, que yo siempre tengo en cuenta y que además puede resultar gracioso. Todos los que dan este tipo de consejos, nunca han hecho lo que tú quieres hacer ¿ves? te aconsejan sobre cosas que ellos no se han atrevido a realizar, y quieren que sus miedos sean los tuyos. Lo disfrazan de consejo o preocupación por ti, pero te dañan y desmoralizan. Tener una buena autoestima te ayuda a afrontar todas las vicisitudes de la vida.


Yolanda Del ©

domingo, 3 de mayo de 2015

La Felicidad

La búsqueda de la felicidad es una constante en la vida de muchas personas, que estarían dispuestas a cruzar el mundo en busca de esa panacea que a veces parece un sueño. Para algunos está en compartir y crear momentos con los amigos y la familia, para otros en subir a la montaña más alta para meditar, para otros en todo lo que pueda darles valor material. Sería difícil ponerse de acuerdo, pero ni siquiera es necesario, la felicidad está en el interior de cada uno, y tú, la tienes dentro de ti. 

*Lee mi antigüo post "Las raíces de la felicidad".


 -Las personas felices, están más dispuestas a ayudar a otros. No se trata de "ser rico" para hacer ofrendas, seguro que ya has escuchado que a veces quien menos tiene es quien más ofrece. El otro día comentaba en un programa de televisión, una persona desahuciada hace un año, que las gentes más humildes son las que primero sacan la cartera para ayudar, y los más pudientes pasan más de largo. 
 -La personas espirituales también son más felices, ya que saben que en su interior está la paz y la calma, que forma parte ese sentimiento de estabilidad, de saber que si hay momentos malos, ya llegaran los buenos, y que hay una energía más allá de nuestro conocimiento (Dios, Buda, Universo...) que nos eleva y trabaja a nuestro favor, si así se lo solicitamos.
 -Cuando uno es feliz, se toman decisiones más fácilmente, se está más preparado para afrontar cambios. Si surgen trabas, se destraban con tranquilidad, mirando los pros y los contras del asunto.
 -Cuando se es feliz se tiene más autoestima, se piensa en la forma lógica de solucionar conflictos, y se sabe que no se acaba la vida, ni por un desamor, ni porque se termine un trabajo. Si se tuercen los planes se busca el punto positivo, "si no pude hacer esto ahora, quizá algo mejor me espera".
 -Las personas más felices toman decisiones. Las pequeñas decisiones te llevan a las grandes, y a los resultados.
La felicidad no se mide en compararse con los demás, ni debes pensar que es concluyente si hasta ahora lo has sido o no. Si consideras que tu vida ha sido una tragedia (venga, piensa un poco y encontrarás algo positivo a lo largo de tus años vividos), debes plantearte que fue lo que no hiciste, que hubiese cambiado tus vivencias a positivas, y ponerlo en marcha ahora. Y piensa siempre que de los errores se aprende. No te quedes sentado culpabilizando a otros de tus fracasos, y te infles con todo el protagonismo en tus logros. Al igual que los aciertos te pertenecen, también los fracasos llevan tu firma.
Repite: "Yo me responsabilizo de mis actos, y a partir de ahora pongo todo mi potencial a trabajar para mí".
¡Sí, tienes potencial! lo tienes, créelo, aunque te hayan dicho que no, aunque creas que no estás preparado para... o que no sabes cómo... o no ves expectativas. Sé feliz, si en tu interior sabes que es una decisión, lo vas a lograr. Debes hacerlo en el sitio en el que estás ahora, sin escapar a no sé dónde, porque allí te espera la vida de ensueño. Tiene que ser aquí y ahora. Con lo que dispones. Con tu mente.

Yolanda Del ©