Cualquier pregunta que te hagas, redúcela a la mínima expresión, como las buenas salsas. La respuesta siempre será la misma: felicidad. Prueba con cualquier parte de tu vida, que quieras cambiar. Haz todo tipo de preguntas hasta el final.
¿Por qué quieres ir a China? Me gusta viajar ¿Por qué? Me siento libre y conozco gente ¿Para qué? Es una sensación especial ¿Qué te produce? Felicidad.
Reduce todo, una casa nueva, un coche, una persona, un cambio de ciudad, pertenecer a un grupo o asociación... Tú, reduce. La respuesta de nuestra búsqueda es una constante que se repite. Si algo de tu vida actual no se reduce a esa palabra, estás equivocando algún ingrediente.
Yolanda Del ©
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¡Hey! Fluye con la vida (YdelPixel)