Nos paralizamos ante situaciones que no entendemos, ante lo que podría pasar, ante las posibilidades o la falta de ellas. La mente se encarga de tenernos retenidos en experiencias que realmente no queremos o no nos apetece vivir. Con personas con las que no nos apetece compartir. Y pasan los días y los meses y pensamos que esa sensación de paz es lo mejor que podremos sacar de la vida.
Entonces, decidimos que avanzaremos cuando llegue el momento, cuando las casas cambien, cuando tengamos más dinero, cuando vivamos en otra ciudad, cuando las vacas vuelen. Pues no, lo que hay que hacer es:
Yolanda Del ©
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¡Hey! Fluye con la vida (YdelPixel)